martes, 2 de noviembre de 2010

La cognición como interpretación de la relación del individuo con su entorno


Las perspectivas antropológico- culturales y las teorías científicas demuestran que ningún fenómeno vivido o estudiado, tiene una sola interpretación; sin embargo en el campo de las Ciencias Sociales, los estudios se hacen evidentes en cómo influyen las concepciones de los autores, las escuelas, y las tendencias en la manera de representar y por tanto, de estudiar y explicar los fenómenos e intervenir en ellos. Cuando los científicos sociales explicitan sus presupuestos (sus creencias básicas), lo hacen a menudo refiriéndose a axiomas, que son principios fundamentales innegables, reglas o máximas que han sido aceptadas de forma generalizada o consideradas como valiosas, bien en virtud de su mérito intrínseco o apelando a su autoevidencia. La propia definición o delimitación de un fenómeno tiene una mirada o perspectiva desde la que se realiza de manera significativa el proceso de definición y la naturaleza de la explicación.

 
El desarrollo cognitivo

El término “cognitivo”, se utiliza en ambientes legos y especializados, para referirse al proceso de desarrollo humano. El análisis de este tipo de funciones, relacionadas a la capacidad de utilizar sistemas abstractos, tanto lenguaje como matemáticas, de construir un argumento lógico, de resolver problemas lógicos, etc., parece haber llevado a lagunas visiones cognitivas actuales a olvidar la importancia de los sentidos, la afectividad y el entorno social en el desarrollo de la conducta, la inteligencia y el razonamiento (Maturana, 1990 y Eisner, 1992, entre otros.).

Según Flavell (1987:19), “una visión tradicional del conocimiento, (cognition), tiende a restringirlo a aquellos procesos y productos más elevados, más inequívocamente” inteligentes de la mente humana. Esta visión incluye procesos mentales superiores correspondientes a entidades psicológicas como los saberes o conocimientos (knowledge), la conciencia, la inteligencia, el pensar, imaginar, inferir, resolver problemas, conceptualizar, clasificar y relacionar, simbolizar y posiblemente fantasear y soñar”. Todos estos estados o procesos mentales permiten al ser humano la construcción de significados del mundo, a la vez que esta producción de significados contribuye al desarrollo de y creación de estados y procesos mentales.

¿Cómo se producen estos procesos? ¿Cómo influyen en el desarrollo de la capacidad de conocer, de elaborar pensamientos de orden superior?

Los procesos mentales suelen formar parte de de todos los procesos y actividades psicológicas humanas y que, no hay en realidad, un punto en que pueda detenerse que no sea arbitrario o que derive de un principio fundamental:” lo que uno sabe y piensa (conocimiento) interactúa, sin duda, de una forma sustancial y significativa con lo que uno siente (emociones)”.

En este sentido, en el campo de la Biología, Maturana (1990:23) argumenta:”… no hay acción humana sin una emoción que la funde como tal y la haga posible como acto…”. Finalmente, lo que nos lleva no es la razón, sino la emoción.

Los profesionales de la educación, desde nuestra formación, sabemos la importancia delos aspectos considerados cognitivos y de los no cognitivos (emocionales, sociales) en la evolución personal de niños y adultos, especialmente de aquellos que requieren de un tratamiento especial.


Bibliografía:

Sancho Gil, Juana M. Universidad de Barcelona. Capítulo 1: Desarrollo Cognitivo y Tecnologías la Información y la Comunicación: Una Interacción Educativa.

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