lunes, 22 de noviembre de 2010

Las NTIC y su relación con la educación

Las nuevas tecnologías con sus potentes herramientas y las ventajas que presentan desencadenaron un fenómeno sin precedentes desde la invención de la imprenta. Una “revolución pedagógica” que proyecta cambios sustanciales en las relaciones docente alumno y entre alumnos; y en la organización de la educación.
Las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (NTIC), invaden los medios educacionales, comunicacionales y empresariales. Eso hace que el mundo que conocemos, tradicionalmente, (“real”), se sumen los entornos “virtuales” y de comunicaciones. Nuevos conceptos de trabajo, calidad y comunicación, estas comunicaciones difíciles de preveer en las actividades económicas.
La “Revolución del Conocimiento” esta transformando la economía, la política, la salud, la cultura, el ocio, etc.; también alcanza la educación: “La educación se apoya en los principios científicos y técnicos, tendiendo a identificarse con un modelo tecnológico de información y comunicación”. Se reconoce que “el progreso alcanzado en la última década en las tecnologías para el aprendizaje, sobre todo con las tecnologías de la información y de las comunicaciones, aporta las bases para nuevas perspectivas del aprendizaje”. Para analizar el impacto decisivo que este fenómeno esta produciendo en el mundo de la Educación, se pueden distinguir tres tendencias centrales que definen las concepciones, estrategias, modelos de trabajo, práctica y aplicaciones, tanto para sus actores individuales como para la institución:
- La centralidad de las NTIC como soporte propagador de conocimiento e información, en general, por encima de los obstáculos de tiempo y espacio;

- La multiplicación de los medios o recursos que facilitan y optimizan el acceso al conocimiento, a lo largo de su ciclo de creación, transmisión, utilización;
- El desafío de actualización permanente de los contenidos a ser transmitidos, ante la vertiginosa generación y desactualización del conocimiento;
- Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y Tecnología Educativa
La UNESCO, define a las NTIC como “el conjunto de disciplinas científicas, tecnológicas, de aplicaciones; las computadoras y su interacción con hombres y máquinas; y los contenidos asociados de carácter social, económico y cultural”.
Podríamos entender, como el resultado de la integración creciente de la informática, las telecomunicaciones y la microelectrónica. En primer lugar se destaca la importancia adquirida por la informática; que ha avanzado sensiblemente en el procesamiento de datos por computadoras a lo largo de los últimos cincuenta años.
Con el avance de las telecomunicaciones (telefónica y satélites), se fueron estableciendo redes remotas de computadoras, lo que originó Internet. Gracias a la microelectrónica, las computadoras (PC), llegan al mercado masivo en los años ochenta. Todo ello ha logrado  generar Internet en la última década.
Las nuevas redes de comunicación, tanto vía satélite, cable, fibra óptica, facilitan, ya de forma casi perfecta, un grado de interacción entre emisor y receptor. Esta interacción permite que el receptor vaya ajustando a sus intereses los productos, servicios y contenidos que el emisor le ofrece.


¿Cómo se relacionan con Educación?

- Facilitan el intercambio, estructuración y actualización de contenidos;
- Estandarizar actividades de apoyo;
- Hacer más interesante el aprendizaje;
 Optimizar y flexibilizar el tiempo de la enseñanza; promover la interactividad;
- Hacer que el profesor se convierta en facilitador de aprendizajes.
Con el desarrollo y la aplicación de las NTIC en la enseñanza, muchas Instituciones Educativas comienzan a desarrollar sistemas presenciales para sus ofertas de formación y capacitación, basadas en plataformas digitales que se asientan en las redes de comunicación o utilizando otras tecnologías, como las videoconferencias satelitales.
Las aulas o campus virtuales, a cuyos escenarios se accede conectándose a una red de comunicaciones, dejan de ser recintos con interior, frontera y exterior; convirtiéndose en espacios virtuales en los que se desarrollan las diversas acciones educativas, proyectándose a un público heterogéneo y disperso geográficamente.
El docente puede proponer a los alumnos ejercicios prediseñados, controlar a la distancia, lo que hacen, dondequiera que estos estén en el momento; corregirles interviniendo en su pantalla; sugerirles ideas, motivarlos, etc. Todo ello en un nuevo escenario, que no es físico sino electrónico.
Las NTIC, aplicadas al campo pedagógico tienen como objeto racionalizar los procesos educativos, mejorar los resultados del sistema escolar y asegurar el acceso al mismo de grupos excluídos. También se deben reconocer las Tecnologías educativas no vinculadas a las NTIC, con una amplia trayectoria previa.
Según Camacho Pérez (3) (1995), el espectacular desarrollo de las nuevas tecnologías y las exigencias de una sociedad cambiante han alterado la clásica definición de Tecnología Educativa (TE), propuesta por Chadwick (1997) que aunaba: teoría general de la comunicación, teoría general de sistemas y psicología del aprendizaje. Fernández, Huerta (1998), define la TE como un “sistema controlado de transmisiones eficientes de mensajes didácticos mediante el empleo de artificios o medios instrumentales con estrategias bien delimitadas”. O bien, según Gómez, Herrera, “Forma sistemática de diseñar, desarrollar y evaluar el proceso total de la enseñanza- aprendizaje, en términos específicos, basadas en las investigaciones sobre el mecanismo de aprendizaje y la comunicación, que ha aplicado una coordinación de recursos humanos, metodológicos, instrumentales y ambientales conduzca a una nueva educación más eficaz”.
En esta última definición más amplia y avanzada, las NTIC, son un aporte invalorable a dicha finalidad. Desde aquí, la TE y las NTIC, en un enfoque integrado, analizando los medios o recursos que globalmente ofrecen a los procesos de aprendizaje.


El Desafío Educativo del Siglo XXI
Para entender el fenómeno de la tecnología informática en las escuelas se debe profundizar en el concepto de tecnología educativa, en los siguientes términos; para la UNESCO, tiene dos acepciones:” Originalmente, ha sido concebida como el uso para fines educativos de los medios nacidos de la revolución de las comunicaciones, como los medios audiovisuales,, la televisión, ordenadores y otro tipos de de “hardware” y “software”. En un nuevo y más amplio sentido, como el modo sistemático de concebir, aplicar y evaluar el conjunto de procesos de enseñanza y aprendizaje, teniendo en cuenta a la vez, recursos técnicos y humanos y las interacciones entre ellos, como forma de obtener una educación más efectiva”. En el marco de esta definición, podemos citar a Narodowsky (2000), que nos plantea la necesidad de reconocer dos polos sobre la infancia: “La infancia hiperrealizada”, de la realidad virtual, y la “infancia desrealizada”, el de los marginales, excluídos, pauperizados y pobres. En el primer caso, el autor plantea como el acceso de los niños a la comprensión de los medios tecnológicos; en particular de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación; donde la realidad en la que viven en su infancia es diferente a la clásica concepción de pedagogía. Los niños, hoy manejan las computadoras personales, los videos, los juegos a edades tempranas, y “aprenden” a leer y a escribir a través de las mismas; etc. Los adultos, en su mayoría son considerados como “analfabetos tecnológicos”; por lo tanto, ellos, no necesitaron pasar por etapas y llegar a ser adultos para participar de esa experiencia; en ese caso, el adulto, depende del niño y se invierte la situación de poder, que plantea la historia de la pedagogía. El autor menciona que este grupo de Infancia Hiperrealizada, tienen la capacidad de autorregulación frente al conocimiento y responden a dispositivos no necesariamente usados por adultos.
La segunda acepción, de la infancia des-realizada, es una infancia excluída del acceso a Internet por carecer de recursos económicos y el espacio de aprendizaje necesario para acceder a estos nuevos dispositivos que plantea la sociedad del Siglo XXI, pero su concepto de heterónomo tampoco se cumple; es autónoma dentro de las posibilidades del orden construído de las cosas, la normalidad de la nueva sociedad les dá las condiciones para ello, vive en condiciones de extrema pobreza.


Bibliografía:
Mura, Raúl. Las NTIC y su relación con la educación. Educación y desarrollo.www.ineduc.net


¿Porqué los medios en la escuela?

La sociedad del siglo XXI, es para muchos, la sociedad de la información. Los medios de comunicación participan de la construcción del espacio público e influyen sobre la agenda de aquello que debate la sociedad.
La educación, tiene que poner en cuestión, el sentido común cotidiano que los medios contribuyen a formar, al darle contenido a las representaciones sociales, al pensamiento social sobre los hechos, las personas y los grupos sociales. La participación está del lado de quien puede comprender y hacer uso de los mensajes de los medios, porque los sabe analizar, interpretar y evaluar. Y porque sabe elaborar estrategias de acción y de decisión a partir de ello.
Incorporar los medios en las escuelas es formara los alumnos como ciudadanos informados, reflexivos frente a esa información, sensibles ante lo que pasa en el país y en el mundo, y participativos. Entender la manera en que los medios representan la realidad y nos hablan de lo que sucede, coloca a las personas en mejores condiciones para participar, actuar y tomar decisiones. La manera de comprender cómo los medios de comunicación producen significados es comprender la manera que tienen de influir sobre nuestras percepciones de la realidad y el modo en que podamos transformarla. Este es, entonces, uno de los motivos por los cuales los medios deberían incorporarse a la escuela: analizar el modo que los medios representan el mundo, el que nos rodea y el que por lejano, sólo conocemos a través de sus mensajes. Existe una razón que fundamenta la necesidad de incorporar los medios en la actividad escolar cotidiana: el diversificado universo cultural y tecnológico en el que viven los niños y adolescentes y el desafío de la escuela para responder y actuar en función de este dinámico entorno comunicacional. Si las entidades de los jóvenes se definen no sólo por el libro que leen, sino por los programas de TV que miran, el sitio Web por el que navegan, la música que escuchan, la película que eligen y la historieta que prefieren; la escuela necesita acercarse a estos consumos, reconocer que los adolescentes utilizan diferentes lenguajes y que recurren a distintas escrituras.


El gran desafío para el sistema educativo hoy, es capacitar a los niños y jóvenes para que puedan acceder a utilizar la multiplicidad de escrituras, discursos en los que se producen las decisiones que los afectan en los planos, laboral, familiar, político y económico. El acceso a los bienes culturales es inequitativo; mientras una minoría tiene acceso a todas las fuentes, medios y tecnologías, la gran mayoría accede sólo a la TV abierta, a la radio, y eventualmente a un diario. No tienen DVD, no van al cine, no conocen un teatro y muchos carecen de internet en sus hogares.


Uno de los retos específicos que tiene la incorporación de de los medios en la escuela, en los países de América Latina, es disminuir estas brechas y promover un acceso más equitativo y justo a los bienes culturales y tecnológicos entre los jóvenes que provienen de familias más pobres. El camino abierto por las tecnologías de la comunicación es incorporarlas a la vida y tarea escolar. Hacerlo, no significa echar al olvido el valor educativo del encuentro cara a cara y la interacción con el espacio real.


Bibliografía:

Sileoni, Alberto. Profesor. Ministerio de Educación de la Nación.


Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones: Impactos y Cambios Sociales


Toda tecnología, implica una extensión en alguna parte del cuerpo humano. Así la rueda es una extensión de nuestro sistema motríz, el telescopio del ojo, la lanza o la bala de nuestros puños y el libro de nuestra memoria.
La aparición de la agricultura, la máquina de vapor, produjeron profundas transformaciones no solo en el orden de la vida cotidiana, sino en cuanto a mutaciones sociales, modificación de la manera de ejercer el poder, y cambios en la concepción del mundo, e incluso en el propio ser humano.
 Per, tales progresos, en el campo de las telecomunicaciones y la informática, superan en extensión y hondura los cambios originados por las invenciones y descubrimientos mencionados. Ya no se trata de una extensión de una parte de nuestro cuerpo, sino que las nuevas tecnologías constituyen una prolongación de nuestro sistema nervioso central, es decir podría ser de nuestro propio “yo fisiológico”.

La magnitud de estos cambios se torna ingenua, en el intento por seguir sosteniendo una concepción meramente instrumental de la tecnología. Esta concepción plantea al neutralidad de las tecnologías respecto de fines para lo que son utilizadas; serían buenas o malas, funcionales o disfuncionales, según para que se las emplee. Esta perspectiva no es tán solo errónea, sino más bien limitada.
Lejos de esta postura, tomaremos el desafío de Heidegger de “pensar la tecnología”, desde otra óptica partimos del supuesto conforme al cual la relación de las tecnologías como lo político, lo económico, lo social y lo cultural es dialéctica e interdependiente; pero en ultima instancia se puede reconocer un cierto, aunque complejo, modo de subordinación de aquéllas a estos ámbitos u órdenes.


La nueva estratificación social
“Es un ordenamiento vertical de la población en segmentos, conforme a la función que cumplen en la división social del trabajo. Esta división se encuentra fuertemente condicionada, por la estructura de dominación política, y legitimada por la ideología hegemónica imperante. Su elaboración y resguardo es responsabilidad de los estratos superiores”. Es un ordenamiento piramidal que permite observar caracteres particulares diferenciales de cada estrato, los que conservan gran homogeneidad interna.
El modo de estratificación por clase ha sido el tipo dominante de los últimos ciento cincuenta años. Siguiendo a Weber, diremos que el sistema clasista se da cuando un número de personas poseen un componente causa espacífico de oportunidades de vida en común, en la medida en que ese componente está representado exclusivamente por intereses económicos en la posesión de bienes e ingresos, bajo las condiciones del mercado de productos de trabajo. Las nuevas tecnologías conllevan la crisis de los modelos fordistas y tayloristas de producción, sobre los cuales en gran medida se asentaba la estructura de clases propias de un capitalismo industrial de acumulación. En efecto, al quedar, cada vez más en “manos” de la máquina, no resulta tan importante el productor como el consumidor. Por ende lo que habrá de definir la ubicación del individuo en la pirámide social no será cuánto tiene sino, cuánto gasta: la tarjeta de crédito reemplaza ala cuenta bancaria. La capacidad de gasto está directamente relacionada con la ocupación del individuo, y esa ocupación, a su vez, se deriva del grado de conocimientos e información que ese individuo posea. Cada vez, resulta menos relevante el talento innato para detectar un negocio, o la capacidad de esfuerzo y sacrificio laboral, que eran los dos elementos necesarios para ascender socialmente en el sistema clasicista. En una sociedad hipercomunicada o hiperinformada, en cambio, el más apto para tomar la decisión correcta, es aquel que no sólo dispone de la información pertinente, sino que, además, sabe ordenarla y procesarla adecuadamente.
Otra de las cuestiones que plantean estas nuevas tecnologías en relación a la estratificación social está dada por la constante educción de los precios de los artefactos informáticos y telecomunicacionales. Esto vá permitiendo que la mayoría de la población pueda acceder directa o indirectamente a la videocasetera, al fax, al teléfono celular, a la computadora personal, a la TV por cable, al CD- Rom, a las redes informáticas, etc. Pero, atención, la mayoría no es la totalidad. La pregunta es qué pasará con los descalzados que queden al margen del sistema superinformado. Aristóteles decía que la democracia es el gobierno de la mayoría, y como los pobres eran siempre mayoría, podía entenderse a la democracia como el gobierno de los pobres. En cambio, la oligarquía, -gobierno de pocos-, era también susceptible de ser definida como el gobierno de los ricos. Lo que hasta nuestros tiempos nunca se había planteado es que los “ricos”, los que tengan acceso inmediato o mediato a los bienes tecnológicos enunciados, puedan ser la mayoría. Pareciera que en lugar de llegar a la “aldea global” anunciada por McLuhan, estamos llegando a la “ciudad global”. Es que en la estructura comunitaria propia de la aldea todos tienen acceso a casi todo el conocimiento socialmente relevante, con un claro predominio de las relaciones primarias entre sus miembros.
Las visiones de la ciencia
Con el surgimiento del capitalismo, apareció la visión moderna de la ciencia. Esto ya no es una requisitoria por las causas finales, por el “para qué” de las cosas, sino, que pasa a ser una pregunta por el “cómo se hace”, “cómo se compone” la cosa. Es decir, por la causa eficiente y material. Los capitalistas habrían de seguir dedicando al trabajo productivo el mismo tiempo y esfuerzo que le dedicaban previamente. Esto llevó a todo un sector social a vivir en función de la acumulación de la riqueza proveniente del esfuerzo aplicado a la producción y distribución de mercaderías. En el campo político, el conocimiento, llevó a la alianza a efectuarse con la “ciencia nueva” la que le hubo de permitir “saber para prever, prever para poder, según la frase de Augusto Comte. Así comenzó la pasión matematizar toda la realidad (Descartes, Newton, Hobbes), dado que el cálculo es la base noética del capitalismo.
En la segunda mitad de este siglo encontramos en la etapa del capitalismo de consumo, que surge la necesidad de segmentar adecuadamente el mercado para no entrar en el tipo de producto a elaborar, ni en el mensaje publicitario a emitir para cautivar el segmento elegido. La equivocación en este campo se paga con el fracaso total. Si se produce un auto, un lavarropas, una heladera para la clase alta y el producto no responde a los parámetros de diseño o calidad por ésta exigidos, difícilmente lo adquiera. Pero si es la publicidad la que envía señales equivocadas, transmitiendo alguna pauta o depositando en el producto alguna característica propia de las que el imaginario y los códigos de la clase alta le atribuyen a la clase baja, seguramente las ventas serán catastróficas.
A poco de consolidarse estas nuevas tendencias, emerge con Thomas Kuhn el primer cuestionamiento radical a la idea de acumulatividad de la ciencia. Se reemplaza esta noción por la “revolución científica”, según esta tesis, la comunidad científica, elabora una constelación de creencias, valores, técnicas, etc., dentro de la cual las soluciones propuestas a los problemas, se consideran científicamente admisibles, o sea, legítimas. Esta constelación recibe el nombre de paradigma; es decir, un paradigma, es lo que comparten los miembros de una comunidad científica, y se es miembro de esa comunidad si se conoce y comparte el paradigma. De acuerdo con el modelo analítico, propuesto por Kuhn, la crisis de un paradigma vigente no se produce cuando surge una cantidad de anomalías a las que no puede dar respuesta, sino cuando aparece un nuevo paradigma capáz de brindar respuesta a los problemas insolubles dentro del marco anterior. Pero esto, no significa que el nuevo paradigma sea mejor que el anterior, ni mucho menos que signifique un progreso, respecto de aquel, ya que ambos, son inconmensurables, es decir, que no admiten parámetros de medición comunes. Por lo tanto, no hay diálogo, ni acumulación posibles.
Pero la revolución informática de los 80, unida a los desarrollos satelitales y –entre otras innovaciones-, la invención de la fibra óptica, ha tornado caduco el concepto de segmento de mercado, e incluso el más restringido de “nicho”. Ya no se produce un automóvil para la clase media, o el radiograbador para la clase baja; se trata de fabricar v.gr el producto que desea consumir el médico casado e clase media. Las posibilidades de adaptación que permiten las nuevas tecnologías, particularmente en materia de diseño, son casi ilimitadas.
Este proceso de hiperindividualización del consumidor encuentra su correlato en lo que Lyotard ha dado en llamar la “crisis de los grandes relatos”. En el campo de la epistemología esto se traduce en la crisis de los paradigmas aún vigentes, tanto en ciencias físico-naturales, como en el área de las ciencias-sociales. También la noción de inconmensurabilidad merece ser reformulada a la luz de estas cuestiones, especialmente en función del replanteo de los conceptos de universalidad, identidad y diferencia.
 Bibliografía:
Agulla, Mario; Hernando, Claudia. La tecnología. Sus impactos en la educación y en la sociedad contemporánea. Antología II. Buenos Aires, Editorial Plus Ultra. 1996 Del Percio, Enrique.


Un Pensador Inquietante: Marshall Mcluhan


El punto de partida de este autor se basa en una concepción del desarrollo tecnológico como “medio” que procura una extensión de la corporalidad, que establece una real prolongación de los sentidos. Desde las invenciones de la rueda y la escritura hasta el advenimiento de la electricidad y la televisión, los seres humanos han creado unos modos de “sentir” la realidad que han ido siempre aparejados con aquellas invenciones. Antes de la invención de la escritura, por ejemplo, la civilización, sostiene McLuhan, era predominantemente auditiva, “oral”, e involucraba todos los sentidos en una especie de inmersión en el mundo. Con el advenimiento se fomentó paulatinamente la preponderancia de un único sentido, el visual, y al hacerlo así, creó una nueva manera de “sentir la realidad”. La mente humana se transformó: el tiempo y el espacio pasaron a concebirse como lineales; el pensamiento abandonó su lado mágico para hacerse lógico, discursivo; el argumento predominó sobre la metáfora.


La invención de la imprenta por Gutenberg, en el siglo XV, significó el inicio de la máxima potenciación de este modo de sentir lineal. Dio comienzo así a la era mecánica, a este conjunto prodigioso de realizaciones culturales que abarca tanto la filosofía como el arte representativo, tanto la cadena de montaje cuanto la ideología que ha generado, tanto las estructuras jerárquicas de las empresas y de los partidos políticos cuanto una estética lineal que se ha expresado, por ejemplo, en “las rayas de las medias de nylon”. Es la “galaxia Gutenberg”, cuyo protagonista ha sido el “hombre tipográfico”, una especie que hoy toca a su fin. El hombre tipográfico es en la caracterización de McLuhan, el hombre especializado, que registra su experiencia vital a partir del predominio del sentido visual. A través, por lo tanto, de una función, la lectura, y mediante un objeto, el libro. Pero, la imprenta hoy atraviesa un retroceso, según McLuhan, ante la irrupción de otros medios como la televisión. De ahí la decadencia del hombre tipográfico.


Para McLuhan, los cambios en la forma de ver el mundo que se derivan de un medio no atañen el contenido de experiencia que es capáz de transmitir este medio en sí. Dicho con brevedad y con el aforismo más célebre de McLuhan, que sintetiza su pensamiento, “el medio es el mensaje”. Que el medio es el mensaje parece claro, que con el advenimiento de la electricidad, éste es un medio absolutamente falto de contenido; además se diferencia de otros medios que surgieron a lo largo de la historia, en que ya no supone la prolongación de un sentido, sino del entero sistema central del hombre (“la técnica eléctrica extiende el proceso instantáneo del conocimiento por medio del nexo entre sus componentes, análogo al que es propio desde hace tiempo de nuestro sistema nervioso central…”).


La actual época electrónica constituye el fin de la era de la mecánica, el desplazamiento definitivo de la galaxia de Gutenberg. Lo característico de esta era electrónica, es predominio de la información y de los medios “fríos”. McLuhan, efectúa una particular distinción entre medios “fríos y medios “calientes”. El medio caliente (hot médium) es aquel que extiende un solo sentido; se distingue por su “definición alta” (high definition), lo que quiere decir que produce mensajes lineales y claros, datos e informaciones precisos. A este rango los medios calientes pertenecen a la escritura, la imprenta, el arte representativo, es decir, los medios característicos de la galaxia de Gutenberg. El medio frío (cool médium), por el contrario es el que extiende todos los sentidos. Su “definición baja”, (low definition) caracteriza a sus mensajes, que se dan más como proceso que como producto acabado, y de forma simultánea y plural antes que lineal.


Así, contrariamente al distanciamiento y a la potenciación de una conciencia individual que produce el libro, medio caliente,- la televisión-, medio frío, implica todos los sentidos en una especie de simultaneidad que tiene algo de alucinatorio y que presenta siempre intersticios, configuraciones escasamente definidas: “la imágen televisiva es, visualmente, pobre en datos. No es un fotograma inmóvil, ni siquiera, es una fotografía, sino un perfil en formación contínua de cosas pintadas con un pincel electrónico. La imagen televisiva ofrece al espectador cerca de tres millones de puntitos por segundo, por aquel que acepta sólo una docena cada vez y con estas construye una imagen…”. Los medios fríos, la televisión, están creando una suerte de “retribalización”, es decir para la reconstitución de un medio global semejante al e la aldea primitiva. De ser cierta esta tesis, la humanidad se estaría encaminando hacia un estadio de civilización, que McLuhan caracteriza con la imagen de una “aldea global”. En esta aldea, altamente sofisticada, el libro, sería probablemente venerado como delicada pieza de museo, y el hombre tipográfico, en caso de ser recordado, lo sería, bajo la condición de ser poco menos que fósil.


Bibliografía:
Agulla, Mario; Hernando, Claudia. La tecnología. Sus impactos en la educación y en la sociedad contemporánea. Antología II. Buenos Aires, Editorial Plus Ultra. 1996


La sociedad posindustrial

En el comienzo de la década del 60 cuando un grupo de investigadores en ciencias sociales, comenzó a hablar de lo que se denominó “posindustrialismo”; querían caracterizar una nueva era, que estaba siendo inaugurada en los países occidentales superdesarrollados, que implicaba la superación del “industrialismo”. En orden de importancia, Zbigniew Brzezinki, el “político” de ese posindustrialismo fue el primero en advertir consecuencias y necesidades prácticas de lo que había de acontecer. En el advenimiento de la sociedad posindustrial (edición norteamericana original de 1973 y primera edición en castellano en 1976), Daniel Bell caracterizaba de esta manera lo que él llamó las “cinco dimensiones de la sociedad posindustrial”: 1) la creación de una nueva economía de servicio; 2) el predominio de una clase profesional y técnica; 39 la prioridad del conocimiento técnico como fuente de innovación y de decisión política en la sociedad; 4) la posibilidad de un crecimiento tecnológico autónomo y 5) la creación de una nueva “tecnología intelectual”.

A este nuevo fenómeno que Bell bautizó “sociedad posindustrial” Brzezinski prefiere denominarlo “era tecnotrónica” porque ese neologismo (asociación de “tecnología” y “electrónica”) “transmite según él, de modo más directo la naturaleza de los impulsos principales que favorecen el cambio de nuestra época. Asimismo, describió el término industrial lo que podría haberse denominado “era posagrícola”. La “sociedad tecnotrónica” es una frase avanzada de la hasta ahora denominada “sociedad posindustrial”, aquella en la que “el impacto de la ciencia y la tecnología sobre el hombre y la sociedad, se está convirtiendo en la principal fuente de cambio contemporáneo”. La era tecnotrónica es por lo tanto, el reino del cálculo y de las comunicaciones; sin embargo, Brzezinski, está lejos de caer en un materialismo tecnicista, para él, el uso de éstas técnicas “subraya la importancia social de la inteligencia humana y la pertinencia inmediata del estudio”, al mismo tiempo que aumenta la necesidad de integrar el cambio social”. Resulta interesante, señalar los contrastes entre la sociedad industrial y la tecnotrónica: la era tecnotrónica se apoya en la existencia de tres descubrimientos básicos: la carrera espacial, la física nuclear y la televisión. Por lo tanto supone una sociedad global que ya es capáz de trascender los límites de su planeta; que posee una nueva y revolucionaria fuente de energía y poder y que puede comunicarse instantáneamente a distancia.


Bibliografìa: 
AGULLA,  Mario; Hernando, Claudia. La tecnología. Sus impactos en la educación y en la sociedad contemporánea. Antología II. Buenos Aires, Editorial Plus Ultra. 1996

martes, 9 de noviembre de 2010

Los cuatro pilares de la cibernética y la informática

Los grandes avances, se han precedidos por notables síntesis teóricas. Así por ejemplo, la invención de la máquina de vapor fue seguida por el desarrollo de la termodinámica, mientras que la teoría de las ondas magnéticas, una magistral investigación matemática de C. Maxwell, precedió a la tecnología de las comunicaciones inalámbricas.
La física reconoce en Galileo en Newton a sus dos grandes creadores, cuyos trabajos, fueron continuados por el científico Lagrange, (mecánica analítica), y por Laplace, (mecánica celeste), permitieron enunciar las leyes de la naturaleza pertenecientes al movimiento de los cuerpos.

Por otra parte los avances experimentales y teóricos en el campo de la electricidad dieron un formidable impulso a la solución del problema de la generación y transmisión de la energía, además de constituirse en el fundamento de las comunicaciones.


La caza de aviones y mariposas

Paralelamente, la invención de y el perfeccionamiento de nuevas máquinas motrices- motores de explosión Diesel, turbinas- y de máquinas de producción industrial con velocidades y complejidad crecientes fue llevando a un primer plano un problema fundamental de la técnica: la regulación y el control de funcionamiento de máquinas, instalaciones y dispositivos mecánicos y electrónicos. La máquina de Watt, exigió de su inventor, el diseño de un regulador centrífugo, para mantener constante la velocidad pese a las variaciones de carga.

También una sencilla instalación domiciliaria de calefacción, requiere regular en forma automática la temperatura interior, dentro de un cierto margen, teniendo en cuenta las variaciones externas.
Son incontables los problemas técnicos, análogos a los precitados, aunque en la historia, algunos problemas sucedieron. En el caso de la dirección y control aéreo, en la Segunda Guerra Mundial, era preciso apuntar a una pieza de artillería a un blanco móvil y dispararla, ubicar con el radar el estallido del proyectil y la posición instantánea del avión en función de ello corregirla posición de un cañón para efectuar nuevos disparos, eso fue un difícil problema cuya solución satisfactoria, no para el avión, exige la realización de detecciones, cálculos, decisiones y acciones en tiempos brevísimos. Por ejemplo, el mismo problema sucede cuando un niño caza mariposas en el campo aunque aquí la acción es inofensiva, para el niño,.
En síntesis, la regulación y el control, es decir, el gobierno de los sistemas físicos, y también, los biológicos y sociales, es el problema esencial de su funcionamiento.


La información base de control

La solución, de esos problemas, no es concebible si se dispone de información correcta, en los instantes oportunos. Esa información debe captarse, mediante sensores tales como radares y termómetros en lo sistemas de la técnica, realimentarse hacia unidades o centros de control y procesarse a los efectos de la emisión de órdenes o señales cuya función es corregir sobre la marcha, los procesos sometidos a control. Por lo tanto, la información y control entidades íntimamente imbricadas con la finalidad de lograr la gobernabilidad. De ahí la necesidad de una ciencia de control o cibernética, con expresiones tecnológicas tales como los mecanismos reguladores y los servomecanismos y de una ciencia de la información entre cuyos instrumentos se incluyen la informática y las comunicaciones.

En una variedad de situaciones, ya sea en el mundo natural o artificial de la técnica, o en el ámbito de de la naturaleza o en la superestructura del hombre, el principio cibernético de la retroalimentación- feed back- de la información, hacen posible los funcionamientos autoregulados.


Cuatro matemáticos

Así como sucedió con la física, es posible identificar, en esta parte, las investigaciones y publicaciones que enunciaron los principios fundamentales, las teorías y desarrollos básicos de la cibernética y la informática. Son figuras recientes en el cuadro general de la historia de la ciencia, y se ubican en sus trabajos decisivos en las décadas del 30 y del 40. Se citarán, aunque con riesgo inherente a toda selección efectuada, sin perspectiva histórica, cuatro decisivos hombres de ciencia, todos ellos sugestivamente matemáticos.


Norbert, Wiener (1894- 1964): matemático norteamericano, fue un niño prodigio que se doctoró en la Universidad de Harvard antes de cumplir los diecinueve años. Entre 1910 y 1960 fue profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Confrontado con el problema del tiro antiaéreo utilizando sus profundos trabajos previos sobre el tratamiento matemático de los procesos al azar y estudiando el problema de transmisión de “mensajes” y de retroalimentación de la información en los seres vivos, juntamente con A. Rosenblueth, fisiólogo de la Harvard Medical School, produjo una obra capital: “Cibernética o el control de la comunicación en el animal y en la máquina” (1948). Desde entonces, esta obra constituye la clave de la filosófica de la cibernética.


Alan Mathison Turing (1912/54): matemático inglés, graduado en el King´s College, de la Universidad de Cambridge, fue uno de los pioneros en el desarrollo de las computadoras digitales. Sus trabajos son considerados uno de los más profundos logros intelectuales del siglo XX y sentó las bases de una fundamental disciplina denominada Teoría de la Complejidad Computacional.


Claude Elwood Shannon: matemático norteamericano nacido en 1916, obtuvo su doctorado en el MIT en 1940. Se especializó en teoría de la comunicación, fue investigador de los laboratorios Bell. En 1948/49 produjo dos sobresalientes contribuciones a la teoría matemática de la comunicación. En estos trabajos, se definen y precisan conceptos fundamentales como cantidad de información, capacidad de canal de transmisión, entropía y codificación. A partir de Shannon, la teoría de la información se ha convertido en una rigurosa disciplina matemática, origen de una verdadera avalancha de investigaciones en matemática pura, ingeniería de comunicaciones, biología y lingüística.


John von Neuman (1903- 1957): matemático de origen húngaro, fue un prodigio talento y versación en varias disciplinas científicas. Fue asesor del gobierno de los EE.UU., en el área de la energía atómica y en el proyecto federal para el desarrollo de computadoras. En colaboración con Burks y Goldstine desarrolló en forma clara y rigurosa los conceptos fundamentales sobre la estructura lógica de las computadoras.


Bibliografía:

 Agulla, Mario; Hernando, Claudia. La tecnología. Sus impactos en la educación y en la sociedad contemporánea. Antología II. Buenos Aires, Editorial Plus Ultra. 1996. Lauría, H. Eitel.

Una nueva educación para un Nuevo siglo

El nuevo siglo: la sociedad de la información
La presencia y hegemonía de las denominadas “nuevas tecnologías”, en las transacciones económicas y comerciales, en el ocio y el tiempo libre, en la gestión interna de empresas e instituciones, en las actividades profesionales, comienza a ser un hecho evidente e imparable. Las tecnologías de la información y la comunicación están provocando profundos cambios y transformaciones de naturaleza social y cultural, político y económico, en el que vivimos como sociedad de la información.
La “información se ha convertido en una materia prima de primer orden que se elabora, transforma y comercializa como cualquier otro producto manufacturado; ha impregnado las instituciones y organizaciones sociales como la vida cotidiana de cada individuo de tal manera que se depende cada vez más de las máquinas que las transmiten. Todas las personas producen información, ya sea a través del teléfono, de los medios de comunicación, de los ordenadores.
La socialización cultural de los niños y niñas, se produce cada vez en mayor medida a través de la utilización de las distintas tecnologías de la información que utilizan prácticamente desde que nacen (la televisión, el video, el multimedia, los videos juegos, internet, etc.). Los actuales ciudadanos menores de diez años, son, la primera generación nacida y amamantada culturalmente llamada sociedad de la información.
En consecuencia, esta nueva generación aprende cada vez más cosas fuera de la escuela; cada día, acceden a más educación fuera del contexto escolar a través de soportes multimedia, de software didáctico, de televisión digital, de redes informáticas, de programas audiovisuales para video, etc.

Una escuela anticuada
¿Cómo se está afrontando en la institución escolar este fenómeno? ¿Las escuelas, disponen de los recursos y medios suficientes para poder desarrollar adecuadamente procesos educativos apoyados en estas nuevas tecnologías? ¿Conoce y domina el profesorado la tecnología como para usarlas provechosamente con fines pedagógicos? ¿Se enseñan en las escuelas los conocimientos y habilidades adecuadas para que los alumnos puedan desenvolverse inteligentemente en la sociedad de la información?
Muchos opinan que no; que la escuela está quedando rezagada respecto de los vertiginosos cambios que se están produciendo, en la sociedad.

¿Analfabetos Tecnológicos?
Uno de los papeles fundamentales asignados a la escuela, es la alfabetización del alumnado en el dominio de la cultura impresa en sus dos dimensiones:
- La lectura, es decir, la capacidad para obtener conocimientos a través de la decodificación de los símbolos textuales.
- La escritura, que es la capacidad para comunicarse a través de dichos símbolos.
Hoy en día, en un mundo donde la comunicación se produce no sólo a través de del lenguaje escrito sino también a través de otros lenguajes como son el audiovisual y a través de soportes físicos que no son impresos: televisión, radio, ordenadores, etc.; el concepto de alfabetización cambia radicalmente. Los educadores tienen que cambiar el concepto de persona culta y alfabetizada; ya que una persona analfabeta tecnológicamente queda al margen de la red comunicativa que frecen las nuevas tecnologías.
¿Qué se sugiere? Que los ciudadanos que no sepan desenvolverse en la cultura y tecnología digital de una manera inteligente, es decir que sepa conectarse y navegar por redes, buscar información útil, analizarla y reconstruirla, comunicarla a otros usuarios, etc., no podrán acceder a la cultura y el mercado de la sociedad de la información; no estarán cualificados ni tendrán posibilidades para el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones; serán marginados culturales en la sociedad del siglo XXI.
Este analfabetismo tecnológico provocará, dificultades en el acceso y promoción tanto en el mercado laboral, como en la utilización de recursos de comunicación digitales. Por esta razón, una meta educativa importante, para las escuelas debería ser la formación de los alumnos como usuarios cualificados de las nuevas tecnologías y de la cultura que en torno a ellas se produce y difunde. Esta formación, debe plantearse con el objetivo de que los alumnos/as:
- Dominen el manejo técnico de cada tecnología: conocimiento práctico del hardware y software que emplea cada medio.
- Posean un conjunto de conocimientos y habilidades específicos que les permitan buscar, seleccionar, analizar, comprender y recrear la enorme cantidad de información a la que se accede a través de las nuevas tecnologías.
- Desarrollen un cúmulo de valores y actitudes hacia la tecnología de manera que no se caiga en un posicionamiento tecnofóbico; es decir, que se las rechace sistemáticamente por considerarlas maléficas, ni en una actitud de aceptación crítica y sumisa de las mismas.
Buscando un nuevo modelo educativo
Las nuevas características y necesidades de la llamada sociedad de la información reclaman un nuevo modelo de escolaridad. Es necesario y urgente cambiar el significado y sentido de la educación en las escuelas. Ya no sirve que el alumno memorice y almacene mucha información. Lo relevante, es el desarrollo de procesos formativos dirigidos a que el alumnado aprenda:
- Aprenda a aprender: es decir, que adquiera las habilidades para el autoaprendizaje permanentemente, a lo largo de su vida.
- Sepa enfrentarse a la información: buscar, seleccionar, elaborar y difundir lo necesario y útil.
- Se cualifique laboralmente para el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
- Tome conciencia de las implicaciones económicas, ideológicas, políticas y culturales de la tecnología en nuestra sociedad.

Bibliografía:
Moreira, Manuel, Area. Tecnología Educativa. Web de Tecnología Educativa Universidad La Laguna. Publicado en la revista NETDIDACTIC@, nº 1, octubre 1998. http:77ull.es/departamentos/didinv/tecnologiaeducativa/doc-netdidactica 1 htm.