martes, 2 de noviembre de 2010

Afectos, Emociones y Entorno Social: Vías de doble Sentido

La influencia de lo afectivo- emocional y de lo social en el proceso educativo, implica, la consideración de dos vertientes difíciles de delimitar. Una de ellas tiene en cuenta cómo influye en la maduración y el desarrollo del individuo el clima emocional y afectivo que lo rodea desde su concepción, sus primeros meses de existencia y a lo largo de toda su vida. La otra parte, agrega que hay que considerar el papel de las propias emociones y la afectividad en la forma de situarse y relacionarse con las personas y el mundo que le rodea y con el conocimiento. Con respecto a lo primero, desde la perspectiva del psicoanálisis, se han ocupado de entender y curar la enfermedad mental (neurosis, psicosis…). Y la otra parte se ocupa del estudio de del comportamiento y el desarrollo humanos, Piaget e Inhelder (1973:31) consideraban que “el aspecto cognoscitivo de las conductas consiste en sus estructuración, y el pensamiento afectivo en su genética (o como decía P. Janet, en su economía)”. Resulta innegable que la afectividad y la inteligencia están en constante e íntima relación. No hay mecanismo cognitivo sin elemento afectivo, y viceversa. Para Piaget e Inhelder (1973:31), la afectividad es de naturaleza diferente de la inteligencia por lo que no crea estructuras y la vida emocional y afectiva está mediatizada por el medio que nos rodea (Vigotski, 1982:86). Este estudio resulta complejo. Sin embargo, desde la complejidad, se ha comenzado una investigación orientada a explorar el papel de las emociones en la construcción de la identidad individual y grupal, en la capacidad para afrontar los cambios en la vida personal y profesional para escribir su propia historia (Hochschil, 1983; Denzin, 1984; Bolet, 1999; Menon, 2000; Ratner, 2000).
Vigotski (1979: 79) consideraba que “dentro de un proceso de desarrollo general, pueden distinguirse dos líneas de desarrollo cualitativamente distintas: los procesos elementales de origen biológico, por un lado, y las funciones psicológicas superiores, de origen sociocultural, por otro lado”. En este sentido, la importancia del contexto cultural influye no solo en los aspectos conductuales sino en la posibilidad de llegar a desarrollar capacidades cognitivas y emocionales de orden superior.
La influencia de los aspectos sociales también tiene una doble vía: la primera, se refiere no sólo a que “el aprendizaje humano presupone una naturaleza social específica y proceso mediante el cual los niños acceden a la vida intelectual de aquellos que les rodean” (Vigotski, 1979:136), sino a la necesidad de tener en cuenta los aspectos ecológicos del comportamiento y el desarrollo, aquello que se extiende más allá de las situación inmediata que afecta directamente a la persona. La segunda de las aportaciones tiene relación con el proceso de socialización (integración y autonomía social…) entendido como la capacidad para elaborar conocimiento sobre las personas y sus actividades que dan cuenta de nuestra forma de estar en el mundo, las posibilidades de adoptar diferentes roles y responsabilidades, así como también el mutuo reconocimiento de que el otro tiene un sistema psicológico semejante al nuestro, con estados afectivos y cognitivos internos, con la capacidad de aprender, recordar y pensar.

El Desarrollo Cognitivo de las Personas con Necesidades Educativas Especiales
Las dificultades que niños, niñas, jóvenes y adultos encuentran no solo para dar sentido a su mundo, sino para poder vivir una vida mínimamente autónoma, en un mundo en el que no pueden ver, oír o tocar. La carencia o disminución de un canal sensorial tan importante como el de la visión, lleva a que la representación de la realidad que tiene el invidente sea muy diferente a la de los videntes. Para el ciego la percepción de representación del mundo proviene de la información de otros canales sensoriales como el auditivo y el táctico. Ellos, desarrollan actividades teleperceptoras. El tacto les permite el conocimiento sensorial de los objetos animados e inanimados que constituyen el ambiente.
El lenguaje y la comunicación son los dos factores claves para el desarrollo de las capacidades cognitivas de orden superior.
Las personas con una o varias problemáticas, presentan mayor sensibilidad a los temas emocionales y afectivos.
Bibliografía: Sancho Gil, Juana M. Universidad de Barcelona. Capítulo 1: Desarrollo Cognitivo y Tecnologías la Información y la Comunicación: Una Interacción Educativa.

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